Hay países más fáciles y otros más complicados. La distancia dificulta las ventas, pero no es la principal barrera a la hora de hacer la venta o gestionar el mantenimiento de las máquinas. La mentalidad y la cultura son las dificultades principales. Resulta tremendamente fácil tratar con los E.E.U.U., son eminentemente prácticos, no se andan por las ramas y quieren máquinas que cumplan lo que se les promete, ni más ni menos. En Asia las ventas se canalizan en algunos paises a través de distribuidores, con lo que ese paso es razonable. En este caso el reto es poder hacer diagnósticos acertados cuando hay un problema en la máquina. Lo resolvemos mediante el envío de fotos por whatsapp o email. Una imagen dice más que mil palabras. En Sudamérica la facilidad que nos da el idioma es de agradecer. En África tenemos media docena de máquinas nada más, son clientes agradecidos con lo que la exclusividad de disponer de estas máquinas les aporta un gran valor añadido, y ponen lo mejor de su voluntad en que la máquina funcione correctamente. Si tuvieramos que marcar un territorio que se nos resiste, este es Rusia. El cambio euro-rublo nos perjudica enormemente, y los esfuerzos de venta hechos en el pasado no han tenido fruto. Para los próximos años nos ponemos como objetivo crecer en los países emergentes. Lo haremos con máquinas adaptadas a ellos, sin dejar de lado, claro está, a los países centroeuropeos, donde el lanzamiento de un nuevo modelo de gama alta con diseño radicalmente nuevo marcará un antes y un después en este 2018 que empieza.